Gemoterapia

La curación por las gemas data de la antigüedad. Todos los restos descubiertos de civilizaciones antiguas nos dejan ver que los cristales y gemas preciosas y semipreciosas se han utilizado siempre como atributo de salud, de poder, de protección.

Los avances científicos fueron eliminando todo este tipo de asociaciones al no poder medir sus interrelaciones y se desecharon tildándolas de supersticiones o simples creencias sin fundamento. Hoy, sin embargo, los estudios científicos, especialmente los relacionados con la física cuántica, están descubriendo las diferencias de vibración de los minerales y que así mismo estos pueden interactuar con nuestra propia energía, produciendo modificaciones que pueden repercutir en nuestro campo energético y ayudar a corregir ciertas disamonías que terminan produciéndonos malestares físicos.

Hoy se sabe que los distintos minerales tienen cada uno sus propias vibraciones. Presentan en ocasiones diversas coloración, con lo cual también sus propiedades son distintas. El mineral más universal y sanador es el cuarzo. Pero hay cuarzo cristalino, blanco, verde, rosa, azul, naranja, violeta...

Y cada uno de ellos puede tener una denominación propia y posee unas vibraciones propias. El gemólogo se ocupa de conocer las propiedades físicas de cada mineral, de cada gema. El gemoterapeuta conoce las propiedades cuando no puede precisar la composición química ni las propiedades físicas o geométricas de cada una de ellas; sabe cómo y dónde aplicarlas - o dónde no hacerlo - y también cómo hacerlas energéticamente sanas y aptas para la producción de bienestar:

Esmeraldas, amatistas, citricos, ágatas, piritas, diamantes, perlas....

No sólo nos ofrecen su belleza, sino también sus propiedades sanadoras.