Último Mensaje - Escrito por: Aida - Domingo, 15 Enero 2012 18:17
Si tienes dudas, preguntas sin resolver, problemas con tu pareja, el trabajo, mi Tarot te dará todas las respuestas y hallará solución a tus problemas, llamáme!
La astrología tiene la particularidad de ser abstracta, teórica, llena de conceptos que deben ser unidos con otros, haciendo de ella una complejidad muchas veces difícil de asir. Es por esto que vamos, a partir de la base teórica expuesta, realizar una síntesis (no un resumen) de lo antes dicho. Todo astrólogo debe tener la capacidad de hacer síntesis, y esto no es cosa fácil, y mucho menos si no se practica cada vez que se estudia algo en astrología. Practicar síntesis en astrología es fortalecer la maestría del astrólogo en aplicar patrones astrológicos a todo tipo de movimientos de la realidad. Por eso nosotros desde el vamos, practicamos nuestra capacidad de síntesis, realizando esto luego de cada exposición teórica. Les aconsejo ir de la síntesis a la teoría una y varias veces para entender el pasaje conceptual que se hace de un punto al otro.
Signos cardinales
: Implica singularidad y soledad. Singularidad porque representa un estado de cosas totalmente nuevo respecto al precedente (mutable). Soledad, porque todavía no tiene formas para darle estabilidad a lo nuevo. Los signos cardinales no tienen otra opción que recurrir a su propio asidero de información, pero como esa información naturalmente no tiene forma (en el sentido de que sus intuiciones no pueden ser probadas frente a otros) es muy importante que estos signos fortalezcan la confianza en su creatividad, y en su capacidad para abrir espacios nuevos tanto en sí mismos como en los demás y su entorno, de una forma casi constante.
Signos fijos
: Implica hábito, inercia y repetición. Aquí aparece una tendencia muy humana de afirmarse constantemente como personaje principal de la obra de la vida, o correr el riesgo de identificarse demasiado consigo mismos. Es importante que fortalezcan su excelente capacidad de captar información sintética, intuiciones, e ideas del entorno para plasmarlas en formas.
Signos mutables
: Implica comunicación, distancia, ir en búsqueda de lo nuevo, así como advertir la pluralidad de interpretaciones que anulan las ideas de verdad y fijeza. La tendencia humana respecto a los signos mutables es adosarse a las teorías de las formas que
crean los signos fijos para sentirse amparados y seguros. De ahí que estos signos tengan una tendencia al adoctrinamiento, al acunar interpretaciones de la realidad que los mantengan en un sitio seguro. Es importante que fortalezcan su capacidad para poder jugar con las formas más incompatibles para demostrar que en realidad no existen diferencias en el fondo de las cosas, para demostrar que la realidad no es más que una danza de entramados que eventualmente y por fugaces momentos demuestra una estabilidad aparente. Los signos mutables deben animarse a enfrentarse con los aspectos más oscuros e incompatibles de si mismos para que se demuestre su verdadero talento capaz de nadar en todo tipo de aguas sin afectarse como a la vez enriquecerse.
Ambos conceptos citados en el título serán usados a lo largo del libro, y si bien ambos conceptos implican una problemática filosófica aquí su abordaje será sencillo. Con sensación de sí nos referimos a la noción de unidad aplicada a la conciencia. Con Lo otro, a la alteridad de esta unidad que no es su opuesta, sino lo desconocido para la conciencia. Lo otro aquí no es "otro yo que no soy yo" a la manera existencialista, y menos tiene que ver con el concepto lacaniano de lo otro, sino simplemente lo desconocido para la conciencia que es percibido como alteridad de la sensación de sí.
Modalidad o Ternario
Los signos Cardinales:
Cardinal proviene del latín cardinis que significa gozne, aquí encontramos una operación bisagra que realiza la reversibilidad de un estado a otro. De aquí que los signos cardinales posean una cualidad propia de reversibilidad, la cual es graficada por el cambio de estado en la relación centro – periferia, la existencia del gozne hace a esta relación, y hace la dualidad centro – periferia.
Un cambio en uno de ellos implica un cambio en el otro, teniendo el centro mayor influencia sobre la periferia que esta última sobre el centro. Este movimiento tan abstracto, aunque desprovisto de la relación de causa y efecto, describe una diferencia en esta relación: la influencia mayor del centro sobre la periferia, apenas un giro en
el punto central (bisagra) es trazado un espacio de mucha mayor longitud en la periferia.
En movimiento, el gozne marca el centro de una circunferencia que delimita un "campo", un topos, aunque más específicamente sería un locus. Es bueno saber que otro significado del término gozne es: frontera, margen, perímetro. Esta dimensión supone en sus límites su diferencia con otra realidad. "Lo diferente se junta y se separa justo en el límite, que actúa como espacio conjuntivo y disyuntivo", como dice Eva Raquel Castaño en su análisis sobre el significado de Gozne.
En los signos cardinales aparece una clara diferencia para con la realidad anterior (simbolizada por el signo mutable precedente), aparece un centro que traza un límite y configurando un espacio nuevo. Esta circunferencia con su centro se delimita y diferencia de la atmósfera del signo mutable anterior, siendo este último posibilitante del movimiento de esta curiosa puerta, como lo es el aire posibilitante de los vientos.
La diferencia que propone la cardinalidad se fijará en el momento fijo (signo fijo que le sucede). Vale decir que hay una clara dualidad en los signos cardinales, por un lado presentan un centro y una periferia y, por otro lado, presentan la dualidad de identidad y diferencia, como toda relación centro – periferia demuestra.
Siendo el centro el punto más alejado de su diferencia, vale decir que no existe influencia alguna que no sea él mismo para influir sobre la periferia. Su mismidad es su diferencia para con el estado anterior de cosas. Su centro alterará enormemente su periferia, pero eso bastará para afirmar su espacio, y afirmar su diferencia. El espacio de los signos cardinales es un espacio interior.
Los signos Fijos:
Mientras que en los signos cardinales hay un movimiento que define un espacio, un área, generando automáticamente una diferencia en relación a lo que se halla fuera de sus límites, los signos fijos afirman esta última, brindando fijeza a la singularidad que plantea el signo cardinal precedente. Lo fija acentuando el recorrido de la puerta sobre el mismo eje, ya no tiene importancia el centro sino la repetición que demarca y re-marca, la afirmación del espacio. No es la puerta en sí misma la que realiza una demarcación sino el
girar sobre su eje. La inmovilidad clásica de los signos fijos es consecuencia de la alta velocidad y el recorrido continuo del mismo espacio. Hay convulsión al interior de los signos fijos, hay velocidad y ansiedad, existe la acción de abarcarlo todo, y tal vez de anular el espacio imponiendo su movimiento propio. En toda inmovilidad hay convulsión y agite, lo demuestra la física moderna cuando observa al interior del átomo de la materia más dura y pesada. Los signos fijos llenan el espacio que delimitó el signo cardinal, y lo llenan de tal forma que este se hace un espacio que puede vincularse con otros, ya que "se impone con afirmarse a sí mismo", mientras que el signo cardinal "se impone con su diferencia para con el estado anterior de las cosas". Si el signo cardinal representa el dueño de la tierra, el signo fijo representará el trabajador de su tierra brindando debida importancia a esta.
Los signos Mutables:
Los signos mudables tienen como cualidad la multiplicidad. No es que su cualidad sea la de multiplicar, sino la de advertirla, reconocer las múltiples diferencias y unidades de la realidad. Escapa a todo espíritu taxonómico, a toda categoría, la mutabilidad no es en sentido de mutación o muda, sino la presencia de lo singular y la pluralidad de sentidos que tienen las cosas.
En los signos cardinales, aparece el espacio interior y su diferencia para con lo que no es el mismo.
En los signos fijos vemos la inmovilidad de lo que convulsiona al interior que llena el espacio delimitado por lo cardinal, siendo la cualidad de lo inevitable un buen adjetivo de estos signos.
Los signos mutables advierten sobre la pluralidad de sentidos, y la multiplicidad de formas. Esta multiplicidad inaugura la idea de "lo lejano", advierte sobre posibles vínculos entre singularidades, redefiniciones, cambios imposibles de advertir entre las relaciones de lo múltiple y lo diferente. Aparece aquí la idea de extensión con abismos, mientras que en los signos fijos es extensión de la mismidad lo extenso, por tanto no hay canales que lleven de un lugar a otro porque todo es lo mismo. En los signos mutables aparece la idea de extensión, de otro diferente, de un lugar al cuál puedo ir y recorrer, pero que de seguro no es familiar. Los signos mutables difieren de los cardinales y los fijos en tanto que aparece lo que no es familiar pero que se percibe.
El famoso círculo al cual se inscribe el zodíaco representa el escenario donde van a jugarse un número limitado de relaciones astrológicas. El astrólogo estudiará los efectos de estas relaciones así como la comprensión sobre la articulación correcta de los factores que se relacionan dentro del círculo. La astrología es una ciencia que como pocas marca sus límites, todo sucede dentro del círculo. Es así que la astrología delimita, habla de lo que está dentro de este círculo, y no de lo que está fuera de él, deja el espacio externo al círculo en el plano del misterio. Hay un enorme signo de interrogación fuera del círculo, que a la astrología no le interesará desentrañar. Más importante que el significado esotérico del círculo, el cuál es bastante confuso y para nada claro, es considerar lo más básico, lo más evidente, y esto es que el círculo delimita, y no sabemos que cosa hay fuera de él. Cada línea de la astrología, cada astrólogo, incluso cada mirada que se realice sobre el zodíaco le dará siempre un nuevo significado al círculo. Y esto quiere decir que el círculo se aplica a la cosa y se define de acuerdo a la cosa que se intente pensar desde la astrología, la cual, aplicada a una persona definirá el círculo como el sí mismo del individuo; aplicada a un país definirá el círculo como todo lo que acontezca dentro de los límites del país, sea un evento abstracto o concreto, sean ideas o extranjeros en su tierra; aplicada a las finanzas definirá el círculo como toda circunstancia a la que sea perceptible la energía dinero; aplicada a un evento en la vida de una persona o a una pregunta particular (astrología horaria) definirá el círculo como la trama conocida y desconocida dentro de la cual emerge la pregunta. En definitiva, el círculo se define de acuerdo a la cosa, se adecua a la cosa y todo el mundo que circunda a la cosa, fuera del mundo que la cosa percibe y donde la cosa tiene su existencia (fuera del círculo) hay un enorme signo de interrogación. Por lo tanto habrá un círculo para el mundo, para los pueblos, para los grupos de todo tipo, para cada individuo, animal, o cosa sea esta abstracta o concreta, quiero decir que también habrá círculos para proyectos, empresas, ideas, trabajos intelectuales. El primer y más básico símbolo de la astrología nos dice que ésta se aplica a todo lo que sea delimitable, lo que no puede delimitarse no puede ser pensado por la astrología. Esto quiere decir que la astrología no puede saber
que límites tomará cualquier forma, la astrología no puede predecir las formas y cosas delimitadas del futuro. Es así que lo primero que debe hacer cualquier astrólogo antes de leer un mapa natal es definir el círculo, y con esto da marco a su lectura. Ahora bien, nos podemos preguntar ¿entonces podría bien ser un cuadrado y no un círculo, ya que el cuadrado también delimita? El círculo tiene la cualidad de resaltar su centro, a la vez que no nos dice nada de él. El círculo dice: "el punto central es la síntesis y la esencia de mí mismo, pero esta esencia está expresada a través de mi periferia, estudia mi periferia y comprenderás la cualidad de mi esencia". El círculo nos dice que toda esencia es expresada en las formas, así como las formas de la periferia poseen la cualidad de su esencia. Sólo podemos deducir la esencia a partir del estudio de las cualidades de las formas. Aplicado el círculo a una persona el estudio de las formas para acercarnos a la esencia de la misma implica todo lo que acontece dentro y fuera de la persona, tanto su "mundo interno" como su "mundo externo", sus identificaciones y rechazos, y todos los seres que lo circundan. Y estas formas están representadas en la periferia del zodíaco y los elementos que están dispuestos sobre éste (casas, planetas, puntos arábicos, estrellas fijas, etc..). La esencia (el punto central) está desperdigado, fragmentado, convertido en mundo y dentro de ese mundo coagulará el yo psicológico definiéndose a partir de los aspectos de la esencia que decidirá incorporar o dar al escenario de su propia vida para vincularse con ellos externamente como Lo otro de su identidad – yo psicológico.
La cruz es el segundo símbolo principal del zodíaco. La cruz de brazos iguales es la más antigua cruz egipcia llamada Tau, y era símbolo del Espíritu-Materia. En astrología representará Manifestación, como unión de Espíritu-Materia. La línea vertical de la cruz es Espíritu, que nosotros traduciremos como singularidad, sincronismo, conciencia, mientras que la cruz horizontal representa el movimiento material que realiza el espíritu en la materia, simbolizando temporalidad y cambio de un estado al otro.